Adeje fue una de las zonas sureñas más aprovechadas desde el punto de vista agrícola gracias a la presencia de agua. El pueblo de Adeje vivía básicamente de la agricultura, la ganadería y de la pesca. Las prácticas agrícolas se dividían en la parte dedicada al cereal y otra a parrales y huertas, donde se cultivaban verduras, papas, higueras, membrillos y cítricos. Las mujeres hacían gran parte de las faenas de recolección así como de limpieza. Ataviadas con grandes sombreros, pañuelos, camisas largas y faldas bajas, se protegían lo más posible del sol mientras realizaban todas esas labores.
El mural "El Molino de Arriba" nos transporta al pasado de Adeje y su profunda relación con el agua, un recurso escaso que moldeó la vida en el sur de Tenerife.
El mural presenta dos escenas significativas: un guanche y una mujer con un niño, ambos conectados por la importancia vital del agua en sus vidas. El "Río de Adeje", hoy conocido como el Barranco del Infierno, fue uno de los primeros asentamientos guanches en el sur de la isla. La economía guanche giraba en torno a la ganadería, destacando las cabras y las ovejas, como indica la vestimenta del guanche.
La caracola (llamada "bucio" en Canarias) era una herramienta común de comunicación y llamada entre los habitantes originarios. En la escena derecha, una lavandera de época lleva un fardo de ropa en la cabeza, ilustrando la típica forma de transporte de la isla.
El autor de esta obra es el talentoso Conrado Díaz Ruiz, un artista afincado en Adeje. A través de murales como este, la historia de Adeje cobra vida en sus calles, recordándonos la rica herencia cultural y la importancia del agua en la evolución del municipio.
El mural de Las Nieves nos transporta a los últimos años del siglo XIX y principios del XX, destacando el arduo trabajo de hombres y mujeres en el campo. Este mural, con sus impresionantes 240 metros cuadrados, rinde homenaje a las mujeres que desafiaron las limitaciones de género al trabajar en tareas agrícolas, especialmente en el empaquetado. Este hito histórico en Adeje marcó el inicio de un cambio hacia la igualdad de género en el ámbito laboral, otorgando a las mujeres autonomía económica.
El barrio de Las Nieves, también conocido como la Barriada de Fyffes, albergó a humildes jornaleros y sus familias en los años 50. La empresa británica Fyffes, responsable de numerosas infraestructuras hidráulicas en Adeje, desempeñó un papel fundamental en la agricultura local al llevar el agua a los campos de cultivo. Hoy en día, las reminiscencias de esta época agrícola perduran en forma de "tajeas", tomaderos y embalses, que atestiguan el legado agrícola de Adeje.
El mural de Guanches de Armeñime es un homenaje a las raíces guanches de Costa Adeje con un nombre que proviene claramente de la cultura aborigen. Este mural nos lleva a través de la historia de Armeñime, desde sus terrazas de cultivo hasta su conexión con el agua, representada por el olvidado Charco del Rey, donde los primeros habitantes del barrio saciaban su sed, siguiendo las tradiciones de los guanches que abundaban en la zona.
Los guanches dejaron una profunda huella en estas tierras, plasmada en las piedras, atalayas con vista al mar y al horizonte, y restos de cerámica y obsidiana esparcidos entre los campos de cultivo destinados a la exportación.
El autor de esta obra es Conrado Díaz Ruiz, un artista tinerfeño con una fuerte conexión con Adeje, donde se encuentra este mural que rinde tributo a la historia y cultura guanche en esta hermosa región.
El sur de Tenerife en tiempos pasados contrasta fuertemente con la realidad actual. La vida era sumamente exigente para las mujeres y hombres de Adeje. Las mujeres enfrentaron estos desafíos con determinación, combinando una variedad de empleos con sus responsabilidades domésticas. Sus esfuerzos contribuyeron significativamente al desarrollo y la prosperidad del municipio en medio de épocas de sequía, malas cosechas y escasez de alimentos y ropa. Trabajaban incansablemente en jornadas interminables, abrumadas por responsabilidades y tareas sin descanso.
La agricultura de subsistencia, con un equilibrio entre producción y consumo, dejó su huella en la geografía local a través de las eras que aún perduran. Las condiciones climáticas determinaban qué cultivos se sembraban, como el trigo morisco, la cebada o el trigo blanco. El cultivo del millo, que requería más agua, era menos común.
La cosecha se almacenaba en gavillas hasta la trilla, proceso que incluía la separación del grano de la paja mediante el aventado, un laborioso trabajo que se repetía al menos veinte veces. Las pinturas de Las Campesinas son testigos de este pasado de tenacidad y esfuerzo que define el legado de Adeje.
Déjame llevarte atrás en el tiempo a una época en que el trabajo duro y la dedicación de las mujeres en la industria del tomate eran esenciales para Adeje. En gran parte del siglo XX, la vida de muchas familias estaba intrínsecamente ligada al cultivo del tomate. Este mural es un conmovedor tributo a esa parte fundamental de la historia de Adeje.
La necesidad económica impulsó a muchas mujeres a trabajar tanto en los campos como en los almacenes, sacrificando el lujo del descanso. Las imágenes de este mural nos transportan a esos días, cuando el cultivo del tomate en el sur de Tenerife tomó vuelo a finales del siglo XIX, gracias a empresas como Fyffes. Esta compañía agrícola británica adquirió vastas extensiones de terreno en Adeje y dejó una huella imborrable en la historia local.
Este mural es un recordatorio vívido y conmovedor del legado agrícola de Adeje, un testimonio del trabajo duro y la dedicación de las mujeres que ayudaron a construir la historia de este lugar. Nos recuerda que, a pesar de los desafíos, estas mujeres fueron una parte esencial de la historia de Adeje y continúan inspirándonos hoy.
Este mural, situado en el corazón de Adeje, es un homenaje a la rica biodiversidad de las Islas Canarias. A pesar de su superficie relativamente pequeña, este archipiélago es hogar de una asombrosa variedad de seres vivos, con casi 15,000 especies diferentes.
En el mundo de la fauna, los invertebrados son los verdaderos protagonistas, a pesar de su tamaño discreto. Los insectos, en particular, prosperan en todos los rincones del archipiélago: en el suelo, las rocas, las hojas, las flores y mucho más. Su diversidad y adaptación son verdaderamente asombrosas.
Por otro lado, en el reino vegetal, las plantas son el grupo más numeroso. Desde los musgos y helechos hasta las gimnospermas y angiospermas (con estas últimas como las más abundantes), la flora canaria es un tesoro botánico. Cada especie contribuye a la belleza y singularidad del ecosistema de las Islas Canarias.
Este mural es un recordatorio de la importancia de conservar esta biodiversidad única. Celebra la vida en todas sus formas y colores y nos insta a proteger nuestro entorno natural para las generaciones futuras.
El Mosaico Costa Adeje, una impresionante obra creada por el artista Julio Bono, adorna la céntrica Avenida de Los Pueblos en Costa Adeje, una ubicación estratégica cercana a la estación de guaguas. Este magnífico mural gigante está compuesto por teselas de baldosas cerámicas de barro esmaltadas en colores vibrantes.
El mosaico es una verdadera joya artística que rinde homenaje a los símbolos y lugares más emblemáticos del municipio de Adeje. Entre las representaciones, destaca la icónica Iglesia de Santa Úrsula, un símbolo de la arquitectura tradicional de la región. También se inmortaliza la majestuosa cascada del Barranco del Infierno, uno de los destinos más visitados en Tenerife. Estos elementos se entrelazan con representaciones del mar, el sol y las palmeras, elementos omnipresentes en la idílica estampa de nuestro querido pueblo.
El Mosaico Costa Adeje es más que una obra de arte; es un tributo a la riqueza cultural y natural de la región. Cada tesela de cerámica es un testimonio del amor y el aprecio que Costa Adeje tiene por su legado y su belleza, y un recordatorio constante de la rica historia y el esplendor de este lugar encantador.
En el encantador pueblo de pescadores de La Caleta de Adeje, el mar es más que un telón de fondo, es una parte esencial de la vida cotidiana. Este majestuoso mural gigante captura la esencia de esa profunda conexión con el océano y su fascinante fauna.
La obra nos sumerge en las profundidades del mar, revelando las maravillas de la fauna marina que ha sido testigo silencioso de las costas de Adeje durante siglos. Estos seres marinos son el sustento y la inspiración de los habitantes locales, que han buscado en el mar su fuente de vida.
El mural también refleja la importancia del litoral como recurso natural y el constante ritmo de las olas que marcan el desarrollo de la costa. Además, nos recuerda cómo áreas antes desoladas se han transformado en ricos ecosistemas, impulsando el turismo y la biodiversidad.
En este frágil equilibrio, las tortugas marinas desempeñan un papel destacado, siendo un símbolo de la belleza y la vulnerabilidad de nuestro entorno marino. Este mural es un tributo a la riqueza del mar y a la responsabilidad de preservar su biodiversidad para las generaciones futuras.
El Grafiti del Galeón es una obra de arte impresionante que abarca más de 30 metros y celebra la riqueza cultural y racial que se ha convertido en un pilar fundamental de nuestra comunidad en Adeje. Numerosos jóvenes, junto con estudiantes de los cursos de pintura organizados por el Ayuntamiento, se unieron para crear esta impresionante pieza.
El talentoso artista detrás de esta obra es Matías Mata, un apasionado del arte plástico originario de Lanzarote. Matías comenzó su carrera en el mundo del graffiti en la década de los noventa y ha dejado su marca en una amplia variedad de estilos, desde composiciones abstractas hasta el realismo. Sus obras se pueden admirar en numerosas ubicaciones en Canarias, así como en destinos internacionales como Londres, Berlín, Francia, Italia, Alemania, Jordania y Senegal.
El Grafiti del Galeón es una muestra vibrante de la diversidad y la creatividad que fluye en Adeje. No solo es un homenaje a la rica mezcla de culturas y razas que enriquecen nuestra comunidad, sino que también refleja el poder del arte para unir a las personas y celebrar la belleza de la diferencia. Este mural es un recordatorio de que, juntos, creamos un tejido cultural único que es digno de ser celebrado y protegido para las futuras generaciones.
Este mural evocador se encuentra en el pintoresco caserío de Taucho, un lugar declarado Bien de Interés Cultural debido a la preservación de su arquitectura canaria. Este mural rinde homenaje a la historia de los pastores guanches, cuya vida cambió tras la cristianización y la adaptación a la nueva sociedad colonial, pero que continuaron su ancestral modo de vida, aprovechando los recursos desde el mar hasta las cumbres de la isla.
Los pastores guanches, representados en esta obra, dedicaban la mayor parte de su tiempo al cuidado de sus rebaños de cabras y ovejas. Durante el verano, trasladaban su ganado a las cumbres, donde tenían refugios y escondían utensilios en las grietas de las cuevas. Estos desplazamientos eran esenciales para buscar pastos y refugio durante las épocas invernales.
El inicio de diciembre marcaba el comienzo de la trashumancia, un largo viaje a pie hacia el sur de la isla. Los pastores, junto con sus animales, cargaban zurrones, abrigos y mantas para enfrentar las inclemencias del tiempo. Durante el viaje, seguían caminos que les llevaran a fuentes de agua para que el ganado pudiera beber. Por la noche, los pastores acampaban al aire libre, cerca del calor reconfortante de una fogata tradicional. Para dormir, creaban círculos de piedras donde acomodaban matas secas y pinocha.
Este mural nos recuerda la tenacidad y la conexión profunda entre los guanches y sus cabras, un vínculo que ha perdurado a lo largo de la historia y que sigue siendo una parte esencial de la identidad de Tenerife.
La vida de don Jerónimo Díaz Fraga, vecino de Tijoco Alto, es una historia de resiliencia y determinación que abarca un siglo completo. Desde su juventud, enfrentó desafíos inmensos, perdiendo a gran parte de su familia debido a una devastadora epidemia de tifus.
A lo largo de su vida, Don Jerónimo atravesó tiempos de guerra, donde las balas y las bombas se llevaron a amigos y camaradas. Se casó y formó una familia, pero luego emigró a Venezuela, donde pasó ocho años y medio en busca de oportunidades. A su regreso, se reunió con su esposa, Luisa Álvarez Rivero, una mujer fuerte y ahorradora que crió a sus siete hijos con determinación y amor, asumiendo la responsabilidad principal debido a la ausencia de su esposo.
Don Jerónimo siempre valoró el progreso y se consideraba afortunado, a pesar de sus experiencias en Venezuela y la guerra. Se fijó el objetivo de alcanzar los 100 años y lo logró. Después de ese hito, su interés por la vida disminuyó, y finalmente nos dejó.
Hoy, su memoria perdura a través de una escultura, una plaza y un mural gigante que llevan su nombre. Estas obras honran su vida y sus hazañas, asegurando que su legado siga vivo para las futuras generaciones.
En Adeje, el arte callejero es una expresión poderosa que da voz a importantes cuestiones sociales. Uno de los murales más notables es "Nos Queremos Vivas", una impactante representación de la fuerza y diversidad de la mujer.
El mural presenta una figura colosal que irradia positividad y esperanza, desafiando el futuro con valentía. Su cuerpo está compuesto por personas de diferentes edades y orígenes, unidas por una paleta de colores que simboliza la lucha feminista y la unidad en la diversidad.
Este mural tiene un objetivo claro: visibilizar la violencia contra las mujeres. El artista detrás de esta obra es Conrado Díaz, y su inauguración en diciembre de 2023 marcó un hito en la promoción de valores y sensibilización en Adeje.
Este mural se suma a una red de obras de arte en el municipio que abordan diversas temáticas, desde mujeres canarias destacadas hasta aspectos de la etnografía y la historia locales. Cada mural es una ventana a la cultura y la conciencia social de Adeje, que busca inspirar, educar y celebrar la diversidad que enriquece su comunidad.
El mural "Valientes, valiosas, visibles" es un emotivo tributo a la destacada contribución de veinte mujeres canarias, tanto del pasado como del presente, que han dejado una profunda huella en la sociedad. Este mural, que se extiende a lo largo de 30 metros de longitud y alcanza unos dos metros de altura, se erige majestuosamente en el exterior del Centro Cultural de Adeje.
Las artistas detrás de esta magnífica obra son Alba González Fernández y Aída Cecilia Hernández, quienes con maestría han inmortalizado a estas mujeres notables. Cada una de las veinte figuras retratadas representa a destacadas figuras en diversos campos, desde la política hasta la ciencia, el deporte, la literatura y la solidaridad.
Entre las mujeres homenajeadas se encuentran la política y activista Carla Antonelli, la primera médica de Canarias, Carlota de la Quintana, la bióloga y divulgadora feminista de la ciencia, Carolina Martínez Pulido, así como la influencer y luchadora contra el cáncer de mama, Hilda Siverio, entre otras.
Inaugurado el 13 de octubre de 2021, este mural no solo busca rendir homenaje, sino también visibilizar la importancia de las mujeres en la sociedad canaria.
Además de su impacto artístico, este mural se erige como un símbolo de la lucha por la igualdad de oportunidades. Es un recordatorio perenne de la increíble diversidad de talento y logros que las mujeres canarias han aportado y continúan aportando a la sociedad.
Este mural es un faro de inspiración y empoderamiento para las generaciones presentes y futuras, un tributo a la determinación y la excelencia de las mujeres en todas las esferas de la vida.
Te emocionarán rincones curiosos como el mirador de Javier Pérez Ramos, escultura en honor a un joven tinerfeño, que en 1998 dio su vida por salvar a una turista en el mar o la escultura del Mencey Guanche Tinerfe el Grande que rinde homenaje al mencey guanche que, según muchas fuentes historiográficas, gobernó unos cien años antes de la conquista de Canarias.
Una de las esculturas más emblemática de nuestro municipio rinde homenaje al genio musical Ludwig van Beethoven, un símbolo de la música en Adeje.
Este busto se erige majestuosamente en la entrada de uno de los lugares más concurridos de la ciudad: la Escuela Municipal de Música.
Allí, da la bienvenida a innumerables usuarios y estudiantes que han decidido convertir la música en su vocación principal.
En la Escuela Municipal de Música, una amplia gama de disciplinas musicales cobran vida. Desde clases de canto moderno hasta percusión, música contemporánea, guitarra, violín y mucho más, aquí se imparten conocimientos y se inspira a futuros músicos.
Cada día, el legado de Beethoven y la pasión por la música se funden en este rincón de Adeje, donde los sonidos y las melodías llenan el aire y dan vida a los sueños de quienes encuentran en la música su camino. ¡Ven y descubre la armonía musical de Adeje!
El municipio de Adeje recibió con alegría un cruceiro del pueblo gallego de Riveira, un día antes de formalizar su hermanamiento oficial, tras seis años de enriquecedores intercambios culturales y deportivos entre sus vecinos.
En un emotivo evento, los alcaldes de ambos municipios, José Miguel Rodríguez Fraga y José Luis Colomer, junto con los párrocos locales, bendijeron este símbolo de unión.
El alcalde de Riveira destacó que "un cruceiro es como una estrella que guía en las aventuras y desventuras del camino, un símbolo de redención y esperanza para todos los peregrinos". Aspiramos a que los residentes de Adeje encuentren en estas piedras talladas un eterno lazo entre dos municipios, que, aunque distantes geográficamente, están estrechamente unidos en espíritu y representan un símbolo de paz entre comunidades.
Este cruceiro, más que una escultura, representa la amistad, el entendimiento y la solidaridad entre dos lugares que comparten un compromiso profundo de colaboración y hermandad.
¡Unimos nuestras manos y corazones en nombre de la esperanza y la paz!
Ubicada en plena zona turística de Costa Adeje, precisamente en la Avenida Rafael Puig de Lluvina, en su cruce con la calle V Centenario, se encuentra la estatua cariñosamente conocida como "El Delfín". Sin embargo, esta escultura rinde homenaje a dos ejemplares de estos cetáceos que se funden en una obra única.
Esta magnífica obra de arte es fácilmente reconocible y representa a un grupo de delfines jugueteando en el agua, con las marcas del tiempo añadiendo belleza a su forma. Este lugar se ha convertido en un punto de encuentro muy conocido tanto para turistas como para residentes locales, quienes se congregan aquí para disfrutar de las festividades y las terrazas de los establecimientos cercanos.
Si te encuentras en la zona, definitivamente vale la pena detenerse y contemplar esta obra maestra escultórica. "El Delfín" no solo es una escultura, sino un símbolo de la belleza natural y la vida marina que Costa Adeje tiene para ofrecer.
Este imponente monumento fue erigido para conmemorar el hermanamiento de tres municipios: Adeje, Tías y Llanes.
El 1 de octubre de 2006, Adeje tuvo el honor de inaugurar esta significativa obra, que se erige como un testimonio duradero de unidad y amistad.
Los autores de esta creación son Antonio S. y Mercedes Cano, cuyas manos talentosas dieron vida a este monumento que simboliza lazos profundos entre comunidades. Este monumento es mucho más que una escultura; es un recordatorio perenne de la importancia de la cooperación, la solidaridad y el entendimiento entre lugares diversos.
A lo largo de los años, este monumento ha sido un punto de encuentro para celebrar la hermandad entre estos municipios, y ha presenciado momentos de alegría y fraternidad. Sin duda, este monumento es un testamento a la fuerza de la amistad y la colaboración entre pueblos, que perdurará por generaciones venideras.
En el tranquilo rincón de la calle Unterhaching de Costa Adeje, emerge la escultura titulada "Amor".
Esta obra de arte, presentada el 21 de octubre de 2022, es la creación del talentoso escultor canario Alejandro Tosco. Sin duda, se ha convertido en un tesoro en el corazón de Costa Adeje.
Esta escultura fue generosamente donada por Vladyslav Pozdnyakov, un residente de mucho tiempo en el municipio y representante del empresariado ucraniano. Su gesto es un agradecimiento sincero por la cálida hospitalidad que ha recibido de la comunidad de Adeje. La escultura, que ahora forma parte del patrimonio cultural de Costa Adeje, fue concebida antes del inicio de la guerra en Ucrania, lo que le otorga aún más relevancia en estos tiempos inciertos.
"Amor" es un poderoso símbolo, especialmente en un municipio con un fuerte compromiso con la integración, la unidad y la paz. La representación del amor en esta escultura es un mensaje profundo y universal que resuena en un mundo cada vez más digitalizado que nos puede aislar en nuestras propias burbujas, según el escultor Alejandro Tosco.
La escultura, de un cautivador color rojo, simboliza el amor, mientras que el círculo verde representa el oxígeno y la esperanza. Realizada en acero corten, alcanza una altura impresionante de 3 metros y medio. Pero eso no es todo, esta obra guarda un dulce secreto. Junto a la escultura, se ha colocado una caja que contiene mensajes positivos de personas mayores, niños y niñas del municipio de Adeje, así como de otros miembros de la sociedad. Estos mensajes, enterrados para la posteridad, son un legado de amor y esperanza para las generaciones futuras.
La escultura del platanero en Playa Fañabé rinde homenaje a una historia fascinante.
El plátano llegó a Canarias desde Guinea Ecuatorial con expedicionarios portugueses. Ya en el siglo XV, se introdujeron las primeras plataneras desde el sudeste asiático, y para 1526, la planta se había aclimatado en las islas, siendo una fuente esencial de alimentación para los marinos en sus viajes a América. Pronto, los plátanos se extendieron por las islas y se convirtieron en un tesoro culinario.
Los españoles, una vez establecido el cultivo en las Islas Canarias, llevaron el plátano a tierras americanas durante la colonización. La principal diferencia entre los plátanos y las bananas es su procedencia, que afecta al sabor y contenido nutricional debido a factores como el tiempo de transporte y el suelo de cultivo. Además, los plátanos canarios tienen una pulpa más oscura debido a una mayor concentración de azúcar, lo que los hace únicos y deliciosos, gracias a la rica mineralización de la tierra volcánica de las Islas Canarias. ¿Sabías de esta fascinante historia detrás de los plátanos de Canarias?
La escultura de Don Jerónimo Díaz Fraga, vecino de Tijoco Alto, conmemora una vida increíble. Luchador incansable y sobreviviente desde joven, enfrentó epidemias, una guerra y la emigración a Venezuela durante más de ocho años. A su regreso, se reunió con su esposa, Luisa Álvarez Rivero, quien crió a sus siete hijos mientras él estaba lejos.
Sus hijos, afortunados y orgullosos, nunca carecieron de nada gracias a su esfuerzo. Don Jerónimo siempre enfocó en el progreso y logró vivir hasta los 100 años antes de partir. La escultura, plaza y mural en su nombre son un tributo a su vida y legado, para inspirar a las generaciones futuras con su historia de valentía y tenacidad.
La escultura de la Evolución de la Piedra Redonda rinde homenaje a la vida difícil que llevaban las mujeres y los hombres en el sur de Tenerife en tiempos pasados.
Las mujeres de Adeje desempeñaron múltiples oficios mientras atendían a sus responsabilidades domésticas. Contribuyeron significativamente al desarrollo de la región y la prosperidad del municipio, a pesar de épocas de sequía, malas cosechas y escasez de alimentos y ropa. Trabajaron incansablemente, desde la siembra de cereales hasta la molienda del preciado gofio, usando herramientas como la piedra redonda.
Esta escultura honra la memoria de los mayores del municipio que vivieron y compartieron estas experiencias. Es un recordatorio vívido de la ardua labor de aquellos tiempos y la importancia de la comunidad en la supervivencia y el progreso.
La plazoleta de Los Bomberos de Adeje es un monumento erigido por el Ayuntamiento de Adeje en reconocimiento al desinteresado servicio de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Adeje, que ha servido a la comunidad durante tres décadas. En esta plazoleta se encuentra una estatua de bronce que honra a este destacado cuerpo de bomberos, creada por el talentoso artista canario Pedro Gómez.
Los bomberos son un grupo de ciudadanos y ciudadanas que se unieron voluntariamente para formar esta asociación. A lo largo del tiempo, han ganado el respeto de la comunidad por su dedicación, compromiso y valentía al enfrentar riesgos para proteger a sus conciudadanos. Su presencia constante es un recordatorio de la importancia de la unión en la sociedad.
El nombre de esta plaza fue aprobado por unanimidad en una sesión ordinaria del Pleno del Ayuntamiento de Adeje el 24 de junio de 2016. Esta plazoleta y su estatua son un tributo vivo a la valentía y el espíritu de servicio de los bomberos de Adeje. Si deseas rendir homenaje a estos héroes locales, te invitamos a visitar la plazoleta de Los Bomberos de Adeje y conocer su historia.
El parque de El Madroñal en Fañabé ha sido renovado y adaptado a las necesidades de la comunidad. El 17 de diciembre de 2029, se inauguró como "Plaza de La Paz Mahatma Gandhi". En esta plaza se encuentra una estatua de tamaño real del Mahatma, un embajador de la paz que luchó por la igualdad, la justicia social y la multiculturalidad.
La estatua, elaborada por artesanos indios y donada por el gobierno de la India, es un símbolo de esta plaza y de la convivencia pacífica de más de 120 nacionalidades en Costa Adeje. Refleja los valores que Gandhi defendió: paz, igualdad y convivencia pacífica. La donación fortalece los lazos entre la comunidad hindú y Adeje, promoviendo un mundo más igualitario y pacífico.
En una rotonda en Costa Adeje, la estatua del Ángel Custodio con el escudo de Adeje en mano se alza imponente. Según la angelología cristiana, estos ángeles tienen la misión de acercar a los seres humanos a Dios.
Uno de los aspectos más interesantes de esta escultura es su ubicación geográfica. Se encuentra en el límite territorial con el municipio de Arona, lo que simboliza la bienvenida a los visitantes que llegan a Adeje y la protección de su territorio. Esta dualidad en su significado, como protector y anfitrión, la convierte en una obra de arte con múltiples dimensiones.
Es un símbolo de seguridad, hospitalidad y protección en Costa Adeje. Además de su importancia cultural y espiritual, es una referencia visual icónica que da la bienvenida a los visitantes y representa el compromiso del municipio con la seguridad y el bienestar de su comunidad.
El mirador y la estatua de Javier Pérez Ramos se encuentran en uno de los lugares más hermosos y significativos del paseo marítimo de Costa Adeje, junto a la famosa playa de El Duque.
Este lugar se ha convertido en uno de los puntos más visitados tanto por turistas como por residentes adejeros, ya que todos están igualmente unidos por el acto heroico de Javier Pérez Ramos.
Javier Pérez Ramos, un vecino de Adeje, sacrificó su vida para rescatar a una turista atrapada en el mar. Una ola traicionera se lo llevó cuando tenía 31 años. Minutos antes, sin dudarlo, se lanzó al mar con otros compañeros para salvar a la turista, logrando ponerla a salvo, pero él fue arrastrado por las aguas. Su cuerpo apareció después de ocho días.
Este acto heroico tuvo lugar en la playa de Bahía del Duque un 31 de marzo de 1998, y su ejemplo perdura en la memoria colectiva. En 30 de mayo de 2015, se erigió esta escultura en bronce, que presenta un busto en honor a quien realizó el gesto más generoso del mundo: dar su vida para salvar la de otra persona. La estatua y el mirador son un recordatorio eterno de la valentía y el espíritu de sacrificio de Javier Pérez Ramos, un héroe que nunca será olvidado. Si deseas conocer más sobre su historia y rendir homenaje a su acto de coraje, te invitamos a visitar este conmovedor lugar en Costa Adeje.
La escultura del Mencey Guanche Tinerfe el Grande es un hermoso tributo a la historia y la cultura de los guanches, destacando la figura de un líder o mencey en una posición destacada en la sociedad guanche.
Esta obra en bronce, creada por la artista Inma Serrano en 2003 y erigida en 2005, se encuentra en la entrada de la Villa de Adeje.
Esta escultura rinde homenaje a Tinerfe El Grande, el mencey guanche que, según la historiografía, gobernó toda la isla desde esta área, aproximadamente un siglo antes de la conquista de Canarias. Sus hijos posteriormente optaron por la independencia, creando los diferentes menceyatos que los conquistadores encontraron a finales del siglo XV. Es un recordatorio vívido de las raíces y el legado de los guanches en la isla de Tenerife.
¿Qué te inspira esta representación de la historia de los guanches?
